Feelings: Crónicas Valencianas capítulo 2: Ciudad de las Artes y las Ciencias.

El Martes fuimos a la ciudad de las artes y las ciencias, la verdad esque tenía muchas ganas de verla y después de aparcar el coche tuvimos que cruzar un parque muy bonito a la par que caluroso para llegar al palacio de las artes. Una vez llegamos allí queríamos sacar la entrada para ver todos los recintos, pero además de ser muy cara, muchos de ellos eran bastante lamentables y dejaban que desear, en mi opinión deberíamos haber sacado solo la entrada para el Oceanografic, porque el palacio de las ciencias también es bastante mediocre. Pero como el que no sabe es como el que no ve, subimos a la primera planta del palacio de las ciencias. La primera planta tenía cosas curiosas, por ejemplo averigüé que mi pie era Egipcio y que lo tenía el 45% de la población.

Parque, Ágora y Palacio de las ciencias de Valencia.

También tenía un ameno espacio de superhéroes Marvel donde descubrimos cuanto peso soporta la telaraña de Spider-Man antes de romperse o los componentes del esqueleto adamantino de Lobezno. Mi hermana derrotó a un enemigo gritando, siempre lo sospeché...es una autentica Banshee.

Yo sentado en la mesa con portadas de cómics de superhéroes Marvel.

Luego subimos a una planta que omitimos absolutamente debido a que era demasiado aburrida como para estar allí, pero en la tercera y última planta había algunas cosas que merecían la pena, como pollitos preciosos naciendo en incubadoras o una exposición de Star Trek. Por supuesto Audrey no podía faltar en la cuidad de las artes y las ciencias.

El pequeño retoño.

Después por fin llegó la mejor parte, el Oceanografic. Sin duda es lo más interesante de toda la ciudad de las artes y las ciencias, lleno de animales marinos exóticos, túneles recubiertos de aguas por todas partes (Excepto por el suelo, ojo xD).

Yo también he encontrado a Nemo.

Y bueno, poco más, salimos bien acalorados y agotados del Oceanografic, pero a mis padres aún los quedaban fuerzas para sacarse fotos con un Dinosaurio que había por el recinto. A mí se me olvidaron las gafas en un banco y tuve que ir corriendo a por ellas, menos mal que nadie se las llevó...