jueves, 22 de abril de 2010

Siempre tuve miedo de aquel sueño en el que corría con todas mis fuerzas para alcanzar aquella mano a años luz de mi, con el afán de que al rozar la yema de sus dedos, mis ojos lograrán abrirse.

Sea como fuere ya no tengo miedo de no poder alcanzar aquella mano, seguramente porque ahora sé que todo fue un sueño.

No hay nada más gratificante que doblegar tus temores.

2 comentarios:

¿Qué sientes en este momento? si quieres, puedes compartirlo conmigo.